La meteórica carrera de Ariño –convertido hoy en un paraíso paleontológico- comenzó en 2010 a partir de un proyecto de cooperación entre actividad minera e investigación paleontológica aplicada liderada por la Fundación Dinópolis. Los trabajos paleontológicos llevados a cabo en la mina de lignito a cielo abierto Santa María (Ariño, Teruel) del Grupo SAMCA, han dado lugar a la extracción de más de 7.000 restos paleontológicos repartidos en 121 concentraciones.
A través de ellos se han podido determinar, al menos, dos tipos de placas de tortuga, dos nuevos tipos de cocodrilos reconocidos internacionalmente gracias a su publicación científica (Hulkepholis plotos y Anteophthalmosuchus escuchae), un nuevo dinosaurio tireóforo (Europelta carbonensis), un nuevo dinosaurio ornitópodo (Proa valdearinnoensis) y dientes de dinosaurio terópodo (vinculados a los alosáuridos). También se han recuperado tres nuevos ostrácodos (Rosacythere denticulata, Theriosynoecum escuchaensis y Theriosynoecum arinnoensis) y diferentes especies de algas carófitas (Clavator harrisii harrisii y Clavator harrisii zavialensis), bivalvos, gasterópodos, ámbar, coprolitos y restos de peces óseos y cartilaginosos. El conjunto de las investigaciones efectuadas hasta el momento permite realizar una fundamentada instantánea de cómo fue Ariño en el Albiense (piso geológico del Cretácico Inferior datado entre hace 113 y 100,5 millones de años). Dicha edad geológica lo convierte en extraordinariamente relevante ya que los dinosaurios encontrados en sedimentos del Albiense son escasísimos en Europa.
El nivel estratigráfico que contiene los fósiles coincide con el muro de la explotación minera, es decir, el lugar donde se paralizan los trabajos de extracción de mineral. Dada la enorme extensión del yacimiento y las nuevas zonas que continuamente dejan al descubierto los trabajos mineros, este lugar resulta idóneo para el estudio geológico y paleontológico de los sedimentos y de los fósiles del final del Cretácico Inferior.
Tal y como se puede constatar, los resultados científicos obtenidos en menos de cinco años de investigaciones son extraordinarios y de relevancia internacional, a pesar de haberse preparado un porcentaje mínimo de los más de 7.000 fósiles recuperados en las excavaciones.
Ariño es un lugar privilegiado para el estudio de los dinosaurios de Europa (con nuevas especies de vertebrados aún por describir), para relacionar faunas de vertebrados con paleoflora y reconstruir de forma detallada cómo fue esta parte de Europa hace unos 110 millones de años, y también para comparar su diversidad durante el Cretácico Inferior con las reconocidas en América del Norte y Asia.